Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)

El virus del papiloma humano, es tan común que la mayoría de las mujeres y hombres, lo contraen en algún momento de su vida. Suele desaparecer sin provocar problemas de salud. Sin embargo, el 99% de los casos de cáncer de cuello de útero, son provocados por el VPH, la infección más común del aparato reproductor.

Puede causar otros tipos de cáncer: ano, pene, vagina, en la parte de atrás de la garganta, así como en la base de la lengua y las amígdalas, (llamado cáncer orofaríngeo). Otra manera de manifestarse es a través de verrugas genitales. Como ves, hay muchos tipos de VPH.

Es posible que los síntomas aparezcan años después de haberse producido el contagio, siendo muy difícil saber cuándo se contrajo la enfermedad. 

El herpes genital, (VHS-2), lo padecen 500 millones de personas en el mundo. Este virus, puede provocar lesiones genitales de forma crónica y suelen ser dolorosas. Se manifiesta con la aparición de llagas, que se van convirtiendo en ampollas, formando úlceras y escaras.

Hay tratamientos que pueden ayudar a reducir su aparición y reducir el riesgo de transmisión, pero no tiene cura. El virus no se elimina del cuerpo.

Se contagia por relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Al igual que, de madre a hijo, durante el embarazo, el parto, o la lactancia.

Puede contagiarse incluso si, en el momento del contacto, las lesiones genitales no son manifiestas. El uso del preservativo, no previene del todo la transmisión del herpes.

En muchos casos, es posible auto diagnosticarlo, por los síntomas que presenta. Aunque, normalmente, se requieren análisis de laboratorio, o estudios de diagnóstico por imágenes.

Debido a las lesiones que provoca, La gente con infección VHS-2, tienen al menos tres veces más probabilidades de contraer SIDA, (VIH), si se exponen.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ataca el sistema inmunológico. Destruye las defensas del cuerpo, por lo que, además, deja indefenso al que la padece, contra el resto de enfermedades.

Se estima que, en el mundo, hay 38 millones de personas con VIH.

El SIDA se encuentra en fluidos corporales como la sangre, el semen, los fluidos vaginales y la leche materna. Puede transmitirse mediante transfusiones de sangre, con agujas contaminadas, por penetración anal o vaginal y de madre a hijo en el embarazo, el parto y la lactancia.

Hay estudios que exponen que, debido a la frecuente existencia de micro desgarros y empeoramiento de las hemorroides, con el sexo anal, hay diez veces más probabilidades de contraer el virus, que con la penetración vaginal. El sexo oral es considerado de bajo riesgo, en cuanto a su transmisión.

No existe cura, sin embargo, el tratamiento anti retro vírico permite mantener el virus controlado y prevenir la transmisión a otras personas.

Es importante entender, que dicho tratamiento, no previene de otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea y el resto de ITS. Por ello es tan importante el uso del preservativo.

La sífilis se contagia por contacto sexual vaginal, anal y oral. Se manifiesta con la aparición de úlceras en los genitales. Si no se trata, puede provocar problemas graves y permanentes, como lesión cerebral, ceguera, esterilidad y parálisis.

La bacteria del gonococo, conocida como gonorrea, ha creado resistencia a los antibióticos y es posible que en un tiempo no tenga cura. Esta infección, si no se trata a tiempo, puede provocar graves complicaciones, como infertilidad o ceguera. Además, se puede transmitir al embrión, en el caso de las mujeres embarazadas.

En 2016 se registraron 87 millones de nuevos casos.

Una persona con clamidia, puede ignorarlo, ya que, en general es asintomática, pero sí contagiarla. Se contrae en el sexo oral, vaginal, o anal, con alguien que tenga la bacteria. Las mujeres pueden transmitirla a su bebé durante el parto.

La infección en las mujeres es en el cuello del útero, el recto o la garganta. Los hombres pueden contraerla en la uretra (interior del pene), la garganta o el recto.

Aunque por lo general, no presenta síntomas, es posible que aparezcan varias semanas después de haberse infectado.

Las mujeres, pueden tener una sensación de ardor al orinar, un flujo vaginal anormal, con olor fuerte y dolor en las relaciones sexuales. Si la bacteria se extiende, podría causar fiebre, náuseas y dolor abdominal. Una infección de clamidia no tratada, en las mujeres, al propagarse por el útero y las trompas de Falopio, podría causar daños irreparables como la infertilidad y el embarazo ectópico.

En los hombres, los síntomas presentan: sensación de ardor al orinar, picor alrededor de la abertura del pene, secreción del pene y con menos frecuencia, dolor e inflamación en uno o ambos testículos. Por lo general, no presentan problemas graves de salud. Pero, es posible que, si se infecta el epidídimo, (conducto por el que se desplazan los espermatozoides), provoque infertilidad.

Si la infección es en recto, en hombres y en mujeres, podría provocar dolor rectal, secreción y/o sangrado.

Una clamidia sin tratar, puede provocar ceguera y aumentar las probabilidades de contraer el SIDA.

El uso correcto del preservativo, reduce las posibilidades de contraer y contagiar la clamidia, sin embargo, no protege del todo.

La clamidia se diagnostica mediante pruebas de laboratorio, con una muestra de orina. En mujeres, puede usarse un hisopo de algodón para obtener una muestra de la vagina.

Esta enfermedad de transmisión sexual, la causa un parásito, llamado Tricomonas En muchos casos no presenta síntomas.

En las mujeres embarazadas, hay mayor riesgo de dar a luz de manera prematura. Puede causar vaginitis en las mujeres. Podría manifestarse con: secreción vaginal amarillenta o verdosa, olor vaginal, dolor al orinar, molestia en las relaciones sexuales y ardor en la vagina y vulva.

Pocos hombres presentan síntomas. Si los tuvieran, son muy parecidos a los de la clamidia: irritación dentro del pene, ardor tras orinar o eyacular y secreción del pene.

Las Tricomonas pueden aumentar el riesgo de contagio y propagación de otras enfermedades de transmisión sexual. El uso del preservativo reduce, pero no evita dicha enfermedad. Infecta áreas no cubiertas por el condón, por lo que no ofrece protección total.

Muchas de las personas que la han contraído, lo ignoran y la siguen propagando.

Estos pequeños insectos, (piojos del pubis), son parásitos que se alimentan de la sangre humana.  Los animales no los transmiten.

Pueden encontrarse, además de en el vello del área púbica o genital de las personas, en: las axilas, las piernas, las cejas, las pestañas, el bigote o la barba. Es un posible signo de abuso sexual a niños o adolescentes, si presentan ladillas en las pestañas o cejas.

Los piojos del pubis, no pueden ni saltar, ni volar, sino que se arrastran. Suelen contagiarse por contacto sexual, aunque también se contagian por contacto físico con la ropa, la cama, las toallas… de alguien que esté infectado.

Las ladillas se alimentan de sangre unas 50 veces al día, ocasionando picor, que, al rascarse, provoca irritación e infección en la piel.

Si se detectan ladillas, es aconsejable, además, realizarse pruebas para detectar otras enfermedades de transmisión sexual, al igual que su pareja, o las personas con las que haya tenido relaciones íntimas.

El hongo cándida albicans, está en la piel, los genitales, en la boca y en los intestinos de manera natural. Por lo que realmente, no se considera una enfermedad de transmisión sexual, pero sí puede transmitirse de esta manera, cuando hay un desequilibrio en el recuento de dicho hongo, provocando candidiasis.

La vagina contiene, una mezcla equilibrada de hongos, (entre ellos la cándida) y bacterias. Ciertas bacterias, (lactobacillus), actúan para evitar el crecimiento excesivo de hongos.

El uso de antibióticos, provoca un desequilibrio en la flora vaginal, causando un crecimiento excesivo de cándida, o la penetración del hongo en capas celulares vaginales más profundas, creando una infección de candidiasis.

El embarazo, la diabetes no controlada, un sistema inmunitario deteriorado, el consumo de anticonceptivos orales, o una terapia hormonal que aumente el estrógeno, también pueden incrementar el número de la cándida y causar candidiasis.

No significa que sea un contagio sexual

Es importante entender, que padecer de candidiasis, no significa que sea un contagio sexual, pero sí, puede transmitirse por esta vía.

Si una mujer padece de candidiasis, por los factores anteriormente citados y mantiene relaciones sexuales sin el uso del preservativo, puede transmitir el exceso de hongos por el flujo vaginal y contagiarlo. De igual manera, puede pasar con el sexo oral.

La candidiasis puede comenzar en la boca e ir descendiendo a los intestinos y de ahí al tracto urinario, por ello, también es importante detectar dónde comenzó el desequilibrio y tratarlo en consecuencia.

En mujeres, la candidiasis vaginal puede presentar síntomas como:

-Picor e irritación en la vagina y la vulva.

-Enrojecimiento o inflamación de la vulva.

-Sensación de ardor durante las relaciones sexuales, o al orinar.

-Dolores y molestias vaginales.

-Sarpullido vaginal.

-Secreción de flujo espeso y blanco.

-Secreción vaginal acuosa.

En los hombres, los síntomas pueden ser picor y escozor en el orificio del pene, ardor al orinar y mal olor.

Se diagnostica mediante pruebas de laboratorio, con una muestra de orina. En mujeres, puede usarse un hisopo de algodón para obtener una muestra de la vagina.