La importancia de hacerse revisiones periódicas de análisis clínicos, radica en la prevención y el cuidado proactivo de la salud. Muchas enfermedades, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, o el cáncer, pueden no presentar síntomas evidentes en sus primeras etapas.
Al realizarse análisis de forma regular, se pueden identificar alteraciones en los resultados, que podrían indicar un problema de salud, antes de que se convierta en algo más grave. Esto permite a los médicos tomar decisiones informadas y en muchos casos, implementar cambios en el estilo de vida, o tratamientos que pueden prevenir complicaciones futuras.
Tipos de Análisis Clínicos:
Hemograma Completo:
Este análisis de sangre, proporciona información valiosa sobre el estado de la salud. Permite medir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Así, puede detectar diversas enfermedades, como la anemia, infecciones, la capacidad del cuerpo para combatirlas, o incluso la leucemia.
Pruebas de Función Hepática:
Evalúan la salud del hígado midiendo los niveles de enzimas hepáticas, bilirrubina y proteínas en la sangre. Son especialmente importantes para personas con hepatitis víricas (C y B), que consumen alcohol, tienen antecedentes familiares de enfermedades hepáticas o están en tratamiento con medicamentos que pueden afectar el hígado. Pueden detectar inflamación (hepatitis), daño o enfermedades hepáticas más graves, como la cirrosis. Un hígado sano es crucial para la desintoxicación del organismo y el metabolismo.
Perfil Lipídico:
Este examen mide los niveles de colesterol total, LDL (colesterol “malo”), HDL (colesterol “bueno”) y triglicéridos en la sangre. Es esencial para evaluar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Mantener un equilibrio saludable entre estos componentes es vital para prevenir problemas cardíacos. Las revisiones periódicas permiten a las personas ajustar su dieta y estilo de vida para mantener niveles saludables.
Estudio de diabetes:
La medición de los niveles de glucosa en sangre (glicemia), es crucial para detectar diabetes y prediabetes. Un análisis de glucosa en ayunas, de hemoglobina glicosilada (A1c), pueden ayudar a identificar problemas en la regulación del azúcar en sangre. Dado que la diabetes puede tener complicaciones graves si no se controla, realizar estas pruebas regularmente es fundamental, especialmente para personas con factores de riesgo. Al ser la glucosa un factor muy variable, en función del número de horas de ayuno y el ejercicio realizado, un análisis puntual de la glucosa en sangre en ayunas, puede facilitar un valor falsamente normal, por ello, actualmente se valora más el estudio de la hemoglobina glicosilada A1c, que facilita datos de glicemia, referentes a la media de los últimos días (aproximadamente una semana). Siendo mucho más seguro para el diagnóstico de diabetes y de prediabetes.
Pruebas de Función Renal:
Las pruebas como la creatinina y el análisis de electrolitos ayudan a evaluar la función de los riñones y a detectar enfermedades renales.
Pruebas de Tiroides:
Un alto porcentaje de la población tiene problemas de tiroides y no lo sabe. El hipertiroidismo puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en mujeres entre 20 y 50 años. Existen diferentes causas de padecerlo, como enfermedades autoinmunes, o la toma de algunos medicamentos. Un análisis de TSH (hormona estimulante de la tiroides) y otros niveles hormonales, determinan la salud de la tiroides y detectan trastornos como hipotiroidismo o hipertiroidismo. Las hormonas tiroideas actúan en todas las células del organismo. Se encargan de regular el metabolismo, la producción de calor, la frecuencia cardíaca, la actividad motora y la excitación del sistema nervioso.
Marcadores Inflamatorios:
Exámenes como la proteína C-reactiva (PCR), pueden ayudar a medir la inflamación en el cuerpo y son útiles para diagnosticar o monitorear enfermedades autoinmunes y cardiovasculares.
Análisis Microbiológicos:
Permiten el estudio detallado de los procesos infecciosos bacterianos o fúngicos, con la identificación de los gérmenes patógenos que los causan y la selección de los antibióticos adecuados para su tratamiento específico.
Estudio de disbiosis:
Intestinal y/o genital, este tipo de análisis microbiológico, no busca solo la presencia de patógenos, sino también la de gérmenes beneficiosos para una flora saludable. Una microbiota equilibrada es imprescindible para el correcto funcionamiento del tracto gastrointestinal, que afecta a todo el organismo, incluyendo la fertilidad, el cáncer y el sistema nervioso. Cumple funciones a nivel inmunológico, nutricional y psicológico.
Conclusión:
En resumen, los análisis clínicos son una parte esencial del cuidado de la salud. Hacerse revisiones periódicas, no solo ayuda a detectar problemas a tiempo, sino que también, fomenta un enfoque proactivo hacia el bienestar general.
¡No subestimes el poder de un análisis! Tu salud te lo agradecerá.
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